29 DE JUNIO: NACE PEDRO PABLO ATUSPARIA
Pedro Pablo Atusparia nació en Marian, Huaraz, el 29 de
junio de 1840. Fue hijo de Cayetano Atusparia y Melchora Ángeles. Cuando estuvo
por cumplir los 15 años, Pedro Pablo fue llevado a Huaraz por su padre, a la
casa de su padrino don Manuel Alzamora. Este señor, tenía un negocio de
tintorería. El joven muy pronto aprendió el oficio de la tintorería, labor en
la que se hizo diestro. Atusparia en casa de su padrino escuchaba las largas
conversaciones que él sostenía con su grupo de amigos de ideas liberales y así
poco a poco iba aprendiendo el significado de términos como
"justicia", "libertad", "igualdad”,
"derechos", "paz", etc., que luego aplicaría muy bien en su
vida.
Atusparia conoce a María Fernanda Yauri con quien se casa en
1869. El matrimonio llegó a tener 3 hijos: La mayor se llamaría Flora, el
segundo Manuel Ceferino y la tercera hija se llamó Visitación. En 1880,
Atusparia llegó a ser elegido subdelegado de Marian, pues se había ganado fama
de ser una persona seria y responsable.
Apenas fue elegido autoridad, Atusparia tuvo que trabajar
muy fuerte para hacer respetar los derechos de sus hermanos. Por todo ello, fue
detenido y encarcelado, Atusparia declaró ante el juez que si se metía en
problemas era porque defendía a su gente de los abusos y atropellos. En señal
de respeto la gente lo llamaba “maestro” y él se dejó crecer la trenza, que era
una señal de autoridad en el pueblo andino.
En el año de 1884, Atusparia acudió a la elección de las
nuevas autoridades, allí fue elegido Alcalde. Apenas asumió el mando como
autoridad, tuvo que poner toda su voluntad para tratar de aliviar el
sufrimiento de sus hermanos del campo. Comprendió que él debía realizar
acciones directas para poder ser escuchado. Así fue planificando una
insurrección para reivindicar a su pueblo.
La principal causa de la revolución Campesina de 1885 fue la
postergación en que se encontraba el campesinado. En el virreinato, se
respetaban los terrenos que eran propiedad de las comunidades campesinas, pero
en la República hasta ese derecho se les retiro.
Protestando contra el pago de la contribución personal, los
alcaldes campesinos, que ya estaban encabezados por el Alcalde Pedro Pablo
Atusparia, le entregaron una petición, un memorial, al señor Prefecto del
Departamento de Ancash, el Coronel Francisco Noriega. De manera prepotente, el
Prefecto ordenó al Gobernador, de apellido Collazos, detenga a los alcaldes y
les obligue a denunciar al “mishti” que había redactado el memorial.
Atusparia fue sometido al tormento de recibir 200 azotes y
pese a ello mantuvo el secreto. Completando a la afrenta, le cortaron las
trenzas que como ya sabemos, era un símbolo de autoridad entre los campesinos
desde los tiempos antiguos. Este abuso cometido el 1 de marzo de 1885 fue la
gota que colmó la paciencia de la gente del campo. El 2 de marzo atacaron la
ciudad, siendo rechazados tras cinco horas de lucha. El 3 de marzo, mejor
organizados, atacaron desde los cuatro ingresos de la ciudad: Calicanto al
oeste, Tacllán al sur, Virgepampa (hoy Centenario) al norte y Auqui, al lado
este. La ciudad estaba defendida por cien soldados del batallón del ejército
“Artesanos”, 120 de la Guardia Urbana y 72 soldados de Caballería. Los campesinos
al final vencieron. Ese día murieron 180 soldados y por lo menos unos dos mil
campesinos.
El 15 de marzo Carhuás cayó en poder de los sublevados. Allí
surgió otro líder: Pedro Celestino Cochachin, más conocido como “Uchcu Pedro”
hombre experimentado en el arte de las armas, pues en la Guerra con Chile,
dirigió una columna guerrillera. El 4 de abril fue tomado Yungay luego de una
ráfaga con la Guardia Urbana. Ante esto, Carás se rindió el día 6. Atusparia
impuso autoridad e impidió que se saquee la ciudad. Dueñas del Callejón de
Huaylas, los campesinos comenzaron a repartirse las tierras. Este hecho dio
motivo a la desesperación de los “mishtis”, quienes en secreto pidieron a Lima
la pronta intervención del ejército para acabar con la insurrección. “Uchcu
Pedro” sabía que desde Casma subirían las tropas para enfrentar a las fuerzas
revolucionarias, por ello con lo mejor de sus tropas ocupó todos los pasos de
la Cordillera Negra. Esta táctica le permitió derrotar a tres batallones del
ejército que intentaron cruzar la Cordillera Negra. Pero una cuarta expedición
compuesta de 700 soldados llegó a Yungay el 20 de abril, pasando por Quillo.
Traían dos cañones, armamento moderno y varias ametralladoras.
Las fuerzas campesinas reaccionaron atacando a la tropa los
25 y 26, pese a ello fueron derrotadas por falta de armas. El día 26 de abril,
Pedro Pablo Atusparia salvó de morir, pero fue herido gravemente y ya no pudo
continuar frente al comando de la insurrección. Las tropas campesinas
retrocedieron hasta Huaraz para reagruparse, siendo atacados el 3 de mayo en
plena procesión del Señor de la Soledad. Ese día la matanza fue terrible, eran
palos y piedras contra fusiles, metralleta y bayonetas. Como Atusparia fue
herido,”Uchcu Pedro” se hizo cargo de la dirección de la guerra. Bajo su mando,
se atacó Huaraz desde la Cordillera Negra, el 11 de mayo. Fue la batalla de
Huarupampea donde nuevamente son derrotados los campesinos. “Uchcu Pedro”
mantuvo viva la esperanza de la revolución hasta el mes de setiembre en que fue
traicionado y fusilado en Casma. Con su muerte recién termina este doloroso
capítulo de la heroica gesta del pueblo andino. Atusparia ordenó que en señal
de duelo por tanta matanza, los campesinos pongan una cinta negra a sus
sombreros, costumbre que aún se usa en nuestra tierra.
A Pedro Pablo Atusparia lo había condenado a morir el nuevo
Prefecto, el Coronel Iraola. Pero toda la ciudad en Huaraz se levantó
impidiendo que se cumpla esa orden. Cuando se recuperó de sus heridas a fines
de 1885, Atusparia volvió a sus labores habituales convencido de que la lucha
que había iniciado debería continuar por otros medios.
Es así, que al año siguiente viaja a Lima aprovechando el
cambio de gobierno, pues había dejado el poder Miguel Iglesias, derrocado por
el General Andrés Avelino Cáceres.
En junio de 1886, se entrevista con el Presidente Cáceres,
con quien sostuvo el siguiente diálogo:
- Dime Atusparia. ¿Por qué frente a los chilenos sólo fueron
pequeños grupos de guerrilleros y cuando les cortan las trenzas a sus alcaldes,
se levantan por miles?
- Es que no es culpa de mis hermanos no amar a una tierra
que no nos pertenece… Nadie, nos enseñó lo que es amar a la patria. Muchos de
nosotros pensábamos que la guerra era la pelea del “general Chile” en contra
del “general Perú”.
- Tienes razón, Atusparia. La culpa es nuestra por no haber
hecho de ustedes, los campesinos, unos peruanos a carta cabal…
-Replicó con profunda tristeza el presidente.
En esa visita, Atusparia pudo conseguir sabiamente que el
gobierno no se comprometa a atender las principales necesidades de su pueblo.
Al regresar a Huaraz, Atusparia se refugió en Marian, estaba
muy enfermo. La mañana del 25 de agosto de 1887, Pedro Pablo Atusparia falleció
a causa de una infección intestinal. No murió envenenado, como aseguran algunas
novelas de moda. A su entierro acudió toda la ciudad.
Iniciando el Siglo XXI, lo que rescatamos de Atusparia es
que el movimiento que él inició sólo se compara al gran levantamiento de Túpac
Amaru II.
Atusparia se adelantó a su tiempo: 25 años antes de la
Revolución Mexicana, aquí se hizo una revolución campesina; 32 años antes de la
revolución Bolchevique en Rusia, aquí se peleó con un doble mando, el político
(Atusparia) y el militar (“Uchcu Pedro”). 85 años antes de la reforma agraria,
aquí se repartió la tierra y se luchó en defensa de los derechos del campesino.
Ésta es la mejor herencia que podemos recibir de este gran ancashino.
¡Sintamos orgullo por él...!!!
Artículo, escrito y publicado por: Winston
Guillen Giraldo
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